miércoles, 11 de febrero de 2009

Orientaciones para la pastoral parroquial

Orientaciones del Encuentro de agentes de pastoral parroquial 2008

Tomando como guía el documento de Aparecida, en el último encuentro de agentes de pastoral parroquial (2008) se eligieron los siguientes ejes y orientaciones:

“Hemos de reforzar en nuestra Iglesia cuatro ejes”: (Cfr. Aparecida 226)

1. La experiencia religiosa.

“En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un “encuentro personal con Jesucristo”, una experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio kerigmático y el testimonio personal de los evangelizadores, que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral”.

-Renovar el encuentro con Cristo a través de la oración comunitaria, fomentando encuentros de vida espiritual, para compartir la experiencia de Dios en nuestras vidas

-Hacia adentro: promover una diversidad de espacios que renueven y fortalezcan nuestros encuentros personales con Jesús

-Hacia fuera: invitar a salir a anunciar con ternura y creatividad la alegría de ser cristiano desde nuestros espacios o ámbitos (familiar, barrial, trabajo, comunidad)

-Fomentar la realización de retiros kerygmáticos destinados a bautizados, no bautizados y alejados

-Organizar y preparar con mayor dedicando nuestras celebraciones litúrgicas

-Favorecer una liturgia viva y participativa que permita profundizar en el misterio de Dios

-Promover a través de nuevas estrategias y métodos el encuentro personal con Cristo que se traduzca en un cambio de vida

-Promover y sostener espacios de encuentro con Cristo

-Que las distintas áreas replanteen sus objetivos a fin de que todas las actividades que cada una de ellas realicen estén orientadas al encuentro con Jesús

-Trasmitir el testimonio de vida con amor y alegría, estando organizados, evitando el anti-testimonio

-Invitar dentro del Consejo a la interrelación de los distintos evangelizadores para promover su propio testimonio

-Vivirla en familia

2. La vivencia comunitaria.

“Nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos. Es necesario que nuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial y corresponsable en su desarrollo. Eso permitirá un mayor compromiso y entrega en y por la Iglesia”.

-Promover acciones conjuntas para el desarrollo de las diferentes actividades de las comunidades “propiciando” distintas opciones para colaborar y sentirse parte.

-Generar espacios dentro de cada grupo, movimientos, asociaciones, capillas, centros misionales, parroquias, etc., en donde ninguna persona se sienta excluida, sin importar su condición.

-Favorecer espacios de encuentros comunitarios en donde se pueda alentar el sentido de pertenencia y el conocimiento entre los miembros

-Tener una mirada atenta a las capacidades que cada uno tiene para fortalecer el trabajo personal y grupal afuera y dentro de la parroquia

-Toda la comunidad está llamada a promover una actitud de apertura, acogida fraterna, recepción, comenzando por la secretaría parroquial, donde todos los fieles se sientan incluidos y valorados

-Promover espacios y actitudes de apertura generosa dentro y hacia fuera de la comunidad

-Trabajar en nuestras comunidades gestos de acogida como parte de la pastoral comunitaria

-Fomentar la generación de proyectos comunes que permitan crear espacios de participación de cada uno de acuerdo con sus realidades y posibilidades

-Promover formas de bienvenida que reciban a toda la comunidad en las misas.

-Provocar una toma de conciencia entre los agentes pastorales de quienes se acercan por primera vez

3. La formación bíblico-doctrinal.

“Junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar su experiencia religiosa. En este camino, acentuadamente vivencial y comunitario, la formación doctrinal no se experimenta como un conocimiento teórico y frío, sino como una herramienta fundamental y necesaria en el crecimiento espiritual, personal y comunitario”.

-Propiciar la Lectio Divina grupal e individual

-Crear talleres de lectura orante de la Palabra que traten temas específicos y de acuerdo a la realidad de las comunidades

-Hacer que la formación doctrinal y bíblica se desarrolle de tal manera que le permita iluminar adecuadamente los reclamos de la realidad siempre cambiante

-Incluir en la programación anual de la pastoral parroquial jornadas de programación bíblica doctrinal y talleres bíblicos

-Dar testimonio del mensaje llenos de vida

-Promover celebraciones especiales fuera del templo

-Promover espacios de formación en las diferentes áreas y abiertos a la comunidad

-Formar y renovar la capacidad bíblico-doctrinal de los agentes pastorales

-Ser creativos en la propuesta de los espacios, aprovechando los ya existentes

-Una catequesis permanente que profundice la doctrina en las celebraciones de sacramentos y sacramentales que hace “gustar” lo que vivimos

-Que los talleres de la Palabra se organicen en la parroquia en comunión con el sacerdote

4. El compromiso misionero de toda la comunidad.

a) “Ella (la comunidad) sale al encuentro de los alejados, se interesa por su situación, a fin de reencantarlos con la Iglesia e invitarlos a volver a ella”.

-Provocar una toma de conciencia sabiendo que todos somos misioneros y que nadie está excluido

-Hacer tomar conciencia a nuestras comunidades del compromiso misionero de cada uno en su vida cotidiana (su trabajo, estudio, casa)

-Generar espacios para la participación de todos y cada uno de los miembros de la comunidad en la tarea misionera valorando los aportes de cada uno

-Dar la participación, con pequeñas actividades; no sobrecargando y cuidándolo con amor, afecto, para que a su vez sean capaces de transmitir y también el re-encantarlo, para atraerlo de nuevo; por su experiencia de vida, de pérdidas y sufrimientos, sin amor, denigrado, humillado, apedreado, con azotes, cadenas y barrotes. Y lo llegue a vivir y sentir; hasta llegar a hacérselo sentir y palpitar al otro con un verdadero testimonio de vida

-Realizar una experiencia de misión “interna” y externa

-Revisar el porqué del alejamiento y volverlos a acercar

-Interesarnos por la situación de las personas ¡Que se sientan valoradas! Salir misionalmente en búsqueda de los alejados, puerta a puerta y por intermedio de encuestas concretas